Catalina Mena_Frágil_25/05/15_25/07/15

«Frágil» es la primera colaboración de Catalina Mena (Santiago de Chile, 1971) con la Galería Ángeles Baños. Para este proyecto, su primera individual en nuestra galería, ha preparado una serie de trabajos que nos remiten a la ambigüedad, precariedad y fragilidad de lo cotidiano en relación a lo impredecible o desconocido, a lo extraño.

La frase de la gran poeta chilena Gabriela Mistral «Me busco un verso que he perdido», que nos recibe al entrar en la galería, es el enunciado que articula todo el proyecto expositivo. Bordada a mano sobre el filo de un conjunto de cuchillos de cocina de variados modelos, esta frase descontextualizada nos remite a una búsqueda de algún anclaje, de un hilo que agarre la frágil relación y la memoria de nuestra cotidianeidad. Un gesto sutil, pero muy potente visualmente, que busca señalar estos objetos en su realidad más próxima, para así recobrar a aquellos objetos que se han hecho invisibles a nuestra mirada.

Una vez cruzado el pasillo/umbral de la galería el resto de objetos -tazas, jarros, platillos y de más cuchillos bordados y perforados- se levantan y se disponen en el espacio cual si fueran espectros que demandan ser recuperados, al mismo tiempo que dan cuenta de la presencia/ausencia del habitar. El trabajo que involucra el amarrar y el anudar se establece como una metáfora de reconstrucción-memoria, creando una red de sentido activada por los recuerdos asociados a estos objetos. Su precaria e inestable presencia alude metafóricamente a la fragilidad en relación a la memoria como eje de sentido que nos constituye.

El conjunto de trabajos presentados se completa con un grupo de carpetas recuperadas del olvido al ser restauradas e intervenidas con bordados. Éstas presentan imágenes asociadas a diferentes conceptos que se relacionan a nuestro lenguaje y manera de estar en el mundo, lo que nos va constituyendo como seres relacionados en torno a una comunicación compleja y llena de subjetividades, que a su vez esta asociada a la memoria de cada uno, a la subjetividad y por ende a la fragilidad como cualidad de sentido de lo humano.