Ignacio Bautista_Paper-View_22/03/13_26/04/13

Primera individual de Ignacio Bautista (Madrid, 1982) uno de los artistas emergentes que mayor interés está recibiendo por parte del medio especializado en los últimos años, al tiempo que es requerido en algunas de las citas más prestigiosas que van configurando el perfil de la nueva generación de creadores en nuestro país.

Su trabajo reflexiona sobre los límites de la realidad en función a cómo se configura ésta a través de los media. Su proyecto, no obstante, rehuye la crítica política y social al uso, rechazando todo gesto panfletario, para proponernos una recreación lúcida y lúdica de relectura sobre nuestro presente a partir de gestos minuciosos y en ocasiones casi imperceptibles que, no obstante, en su radicalidad otorgan nuevos significados y una vía utópica para un incesante cuestionamiento de lo dado, no exento todo ello de notables dosis de humor, ironía e incluso lirismo.

Así, en su primera individual Ignacio recopila los proyectos en los que ha trabajado durante estos últimos años. Así, no podían faltar sus ya bien conocidos trabajos sobre hojas impresas de periódicos rectificadas, pertenecientes a la serie “Paper-View”. En esta ocasión los políticos que protagonizan los originales aparecen sobre fondos negros que, al borrarlos, dejan paso a una oscuridad completa.

En “Amanecer en la Odisea”, otra de las series presentadas en esta muestra, esas nubes descontextualizarlas parecen remitir a citas de la historia del arte (cielos del paisajismo holandés, rompimientos de Gloria barrocos, celajes del Rococó o del Romanticismo, etcétera), pero que en realidad han sido extraída de las fotografías periodísticas con las que la prensa nacional siguió los últimos acontecimientos bélicos en Libia, en una operación internacional de donde toma su título.

Junto con estos trabajos encontramos también ejemplos de la nueva serie “Fantasma”, donde el artista ha usado fotos de goles de fútbol, aparecidas en la prensa deportiva, tomadas desde detrás de las porterías, para recortarlas y dejar sólo la fina red de la malla, lo que provoca como un filtro a la imagen del campo y hace que el espectador se sienta dentro de la jugada, pero, como observa Ignacio Bautista, “no se puede llegar más allá, el límite es la red, la red captura los goles pero también la imagen que se ve a través de ella; lo que he hecho es liberar esa imagen o más bien la red de la imagen. El movimiento o la ausencia de éste en las redes que resultan tras la sustracción son la pista de que algo ha pasado por ahí, por el movimiento congelado parece que siempre se acaba de escapar.”

En “Catástrofe” Ignacio Bautista parte de imágenes sacadas de internet de los daños producidos por catástrofes naturales en diferentes poblaciones urbanas, en función a la espectacularidad de las mismas. Son imágenes apocalípticas que parecen “montadas” para su contemplación por parte del espectador a quien desde el trabajo, el hogar o cualquier sitio se le brinda la posibilidad de ver la imagen monstruosa de la destrucción y la muerte, liberados de la atadura de la moralidad, pues sabemos perfectamente que la naturaleza no lo hace por “mal”. Nos libramos así de todo rastro de culpa y damos rienda suelta a nuestra penetrante mirada virginal que tan solo intenta conocer lo imprevisto de disfrutar la destrucción.

Sobre esta serie el artista explica lúcidamente: “Tomando la imagen impresa de la catástrofe, recorto los materiales restantes tras la destrucción en las zonas afectadas para volver a construir con ellos: reconstruyendo y montando así una nueva y artificial arquitectura del desastre, una nueva imagen para el deleite del espectador.”

“Civilización” es otro grupo de trabajos recientes, donde se reflexiona sobre cómo gran parte de las imágenes que se publican hoy en día tienen una naturaleza electrónica, se forman mediante píxeles (acrónimo del inglés “picture element”, “elemento imagen”). El píxel es la menor unidad homogénea de color y la sucesión de éstos marca la coherencia de la información presentada. En ocasiones el autor o editor de estas imágenes las pixeliza, realiza en ellas modificaciones de la sucesión de píxeles alterando la coherencia inicial que se le “presupone” a la imagen en el momento de su captación. La misma materia que forma la imagen se utiliza para perder parte de su información. Estos píxeles han perdido su naturaleza inicial de mostrar para ocultar, y “Civilización” es un nuevo inicio.

Con la serie “Salvapantallas” muestra fragmentos de tres partidos de tenis cada uno en una televisión independiente. Durante la retransmisión de los partidos se ha utilizado el mismo punto de vista para grabar el encuentro, de esta manera se consigue una mejor comprensión espacial del juego. En el montaje en la galería el artista ha colocado sobre cada una de las pantallas un papel con la silueta del campo, la misma en los tres, dibujada mediante cortes paralelos en el papel que actúa como filtro de la imagen descomponiéndola en sus colores primarios RGB, que son a su vez los colores de las tres superficies de los campos de tenis que se muestran (rojo=arcilla, verde=hierba, azul=cemento), resultando así una deconstrucción de la mirada fija del telespectador.

Por último en “Escena” Ignacio Bautista Ignacio toma prestada una reflexión de Bruno Cuneo (JAAR/SCL/2006) para explicar su trabajo: «El hombre de nuestra época siente a la vez, una extraña afición por mirar a los demás sirviéndose solo de ventanas indiscretas. Me refiero con ello al sinnúmero de dispositivos ópticos que ha llegado a desarrollar con el solo propósito de complacerse en la contemplación de «cuadros vivos», en especial si son traumáticos o violentos. Semejante afición solo es comprensible si, a la vez, se tiene en cuenta que a través de esos dispositivos y esos shocks viene a resarcirse morbosamente de la banalidad de su experiencia cotidiana. En todo y frente a todo, sin ser jamás desorganizado, va probando su mirada técnica, indolente y profiláctica. Hablo de una mirada para la que resultaría compatible, como decía más arriba, no sólo el hecho de ver y no ver al mismo tiempo, sino también de vivenciar el dolor de los demás impermeabilizado como espectáculo».