_Un sueño formal_Laura González Cabrera / Sabine Finkenauer_20/11/20_18/01/21_dossier

Esta exposición se presenta como un dialogo entra la obra de las artistas L.G.C. y S.F. tomando como leitmotiv el orden subyacente de un mundo interior que se refleja a través de “Un sueño formal”.

Gran parte de las obras expuestas son fruto del trabajo durante la reclusión impuesta a raíz de la pandemia que, lejos de ser un impedimento, ha actuado como catalizador de un proceso de introspección y conexión con un depósito de imágenes y contenidos mentales, muchas veces apartados de la consciencia. El inconsciente no es irracional sino tiene una lógica que organiza el discurso y sus formaciones, como lo es el sueño.

Es a través de las estructuras de un sistema intuitivo comparable al paradigma del sueño que las artistas L.G.C. y S.F. generan formas que unen lo geométrico y lo orgánico. El rastreo de los aspectos formales de la obra de ambas nos revela su visión propia a través de una suerte de elementos y procedimientos formales que obedecen a las leyes paradójicas propias del mundo onírico que los multiplica y fragmenta.

Ambas artistas desarrollan su obra a partir de un sistema simbólico que, como todo lo que tiende al orden, contiene también el principio de su propia destrucción.

S.F. construye su imaginería poética a partir de figuras primarias, cargándolas de un nuevo sentido procesual al tiempo que examina la tensión entre forma y representación, plano y espacio. A través de un ejercicio formal cada vez más genérico y abstracto, ha desarrollado un proceso de creación autónomo que se podría definir como una estrategia de simplicidad dentro de unos límites complejos. En esta exposición la artista presenta un conjunto de piezas recientes en las que emplea formas y fragmentos con alusiones al ornamento para explorar posibilidades compositoras que unen el rigor con lo arbitrario.

Por su parte L.G.C. toma un sistema ya existente, la escritura y sus grafemas dispuestos en superficies reticulares que aluden a la urdimbre de un telar. Los mensajes y letras velados en él desaparecen en la trama. La ligazón entre trama y texto, su disposición interna,  provoca finalmente la desaparición del sentido último del lenguaje escrito, la legibilidad y por tanto la comunicación. Se trata de una ocultación que da prevalencia a cierta intuición mística de lo fenoménico donde el mundo dado aparece como un telón que oculta la visión de lo verdadero y profundo.

En ambos casos, la sucesión de operaciones llevadas a cabo para que la organización de las formas integren y desintegren los sistemas generados subrayan una mano pensante, un proceso orgánico que enfatiza lo artesanal, lo geométrico y que cristaliza en formas ornamentales. No en balde, la ornamentación ha sido símbolo de la actividad cósmica, del despliegue espacial y de la “salida del caos”. La progresiva sumisión al orden significa las etapas progresivas de esta evolución universal en la que las artistas participan a través de sus procesos.

 

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