El papel del dibujo V (libros de artista)_21/12/12_29/01/13
Con motivo de su décimo aniversario, la Galería Ángeles Baños ha organizado la exposición «Libros de Artista», comisariada por Martín Carrasco. La muestra se enmarca en el proyecto genérico «El papel del Dibujo V», una de las líneas programáticas que definen la Galería, con piezas de los artistas:
Andrés Pachón (Madrid, 1985), Archivo Korubo.
Este archivo antropológico nos presenta las verdaderas imágenes de la tribu amazónica Korubo. Imágenes con epidermis documental que se desvelan como el escondite de lo real, como el último estadio de lo documental, pues nos muestran como construimos al otro incluyéndolo en nuestro discurso del mundo.
El audiovisual nos presenta a los Korubo en su versión occidentalizada, una máscara digitalizada, pulida, simétrica. Sus rostros han sido modelados en 3D por un programa de reconocimiento facial, para posteriormente ajustarlos en búsqueda de su versión apolínea. Un ejercicio de eugenesia en pos del hallazgo de los auténticos Korubos. Las fotografías y dibujos que completan el archivo nos llevan a la búsqueda de un rostro virtual a través del imaginario antropológico del siglo XIX y de la cultura clásica europea.
Jesús Zurita (Ceuta, 1974), Libro de artista.
El encuentro con la categoría de lo sublime no fue sino un modo de poner nombres y apellidos y explicaba por qué me interesaban ciertos vértigos y ahogos: Dios, el mal, la muerte y su cosificación, el cadáver. Pero este interés no se tradujo en un acto consciente o un programa, sino que lo asimilé por porosidad. Es algo que te llega al alma y ahí se queda. Esto enlaza directamente con la fascinación por el siglo XIX y por aspectos propios del movimiento romántico como lo estrambótico, lo monstruoso, la superstición y en definitiva, el derecho a temer.
Loidys Carnero (La Habana, 1982), Vivir en Holanda: Primeros Pasos.
Vivir en Holanda: Primeros Pasos es un libro de artista que contiene 59 test estandarizados y diseñados para medir la inteligencia. Los ejercicios impresos en cada página son de pensamiento lógico, en donde se selecciona un solo resultado posible entre las figuras marcadas por las letras: a, b, c, d, e, f, g, h, i. Este trabajo es inspirado en una experiencia personal en Amsterdam y está relacionado con cuestiones de integración, inmigración y control social hacia el individuo. El libro no contiene explicación sobre las figuras impresas y tampoco las respuestas a los ejercicios IQ planteados, de esta manera el carácter funcional ha sido eliminado y el contenido es subvertido por una proposición verbal través del título del libro.
Emilio Gañán (Plasencia, Cáceres, 1971), Verde, 2012.
«Verde» es una obra que parte del libro entendido como objeto. La acción sobre la forma original se ha basado en convertir su forma cuadrangular en un prisma irregular llevándolo al terreno escultórico y usando un elemento básico de mi obra pictórica.
Susanne Themlitz (Lisboa, 1968), Libros de artistas I, II y III.
Muchos no quieren que un extraño mire para ellos o que les dirija la palabra, algunos tiene hasta miedo de sí mismos…
Miguel Ángel Fúnez (Madrid, 1988), Gene targenting I-III.
Me cuestiono las formas, me gusta experimentar con nuevos formatos. En Gene targenting I-III, utilizo la caja de metacrilato, un contenedor transparente, que aúno con el contenido que quiero transmitir. Los cubos, el desplegable, en definitiva el mecano, funcionan como «fragmentos» críticos sobre la permanente insistencia del hombre por cambiar el rumbo de la naturaleza.
Ignacio Bautista (Madrid, 1982).
El papel que se le ha venido otorgando en la modernidad a la obra de arte como «presunto» medio de representación y revisión de lo real, esta «en-cubierto» en la actualidad por los medios de comunicación mass-media.
En estas obras, la labor artística no desaparece, se encuentra a la sombra de la maquinaria mediática, alterando su aparente normalidad visual y transparencia, arrojando la sospecha sobre nuestra propia mirada, creando fisuras en nuestros estándares de experiencia y, en definitiva, como señala Jacques Rancière, «cambiando los marcos y las escalas de lo que es visible y decible, para producir rupturas en el tejido sensible de las percepciones y en la dinámica de las reacciones».
Ricardo Cases (Orihuela, Alicante, 1971), La ciudad que soy.
«Su trabajo fotográfico está relacionado siempre con los anhelos del ser humano: los anhelos profundos y universales del ciudadano del ciudadano de la sociedad de masas, que lucha contra la banalidad en su esfuerzo por trascender y confrontar su dignidad a un medio siempre glorioso. Para ello orienta la mirada a las expresiones del folclore contemporáneo, buscando la verdad del español entendido como un hombre de pueblo obligado a vivir en la ciudad, en la modernidad. Más allá de una apariencia pop, distanciada y cínica, le interesa lo humano y lo antropológico. Más allá de lo social y lo documental, le interesa lo humano y lo antropológico. Más allá de lo social y lo documental, le interesan las pulsiones sinceras y universales que laten bajo la superficie banal, kitsch y poco glamorosa de la España contemporánea». Luis López Navarro
Daniel Martín Corona (Madrid, 1980).
Podría ser que dentro de las instrucciones (además del objeto que nos enseñan a construir, los pasos que hay que seguir para tal cosa, etc.) se encontrasen encerradas las propias pautas que dirigen el mundo que habitamos o cuando menos ciertas características. Corren malos tiempos para el espíritu crítico, un camino hacia la simplificación en el que no existe la reflexión hacia el objeto sino simplemente el objeto en sí. Un lugar en el que aparentemente las opciones son infinitas, sin embargo, esas opciones aparecen absolutamente marcadas y acotadas (en las que no sobra ningún tornillo). Esta falta de espíritu crítico es provocada por lo cómodo que resulta que se nos diga lo que hay que hacer. De esta manera, la vida se convierte en una puesta en escena en la que nosotros mismos aparecemos como actores protagonistas de la vida en directo, el escenario de tal representación es una llanura que llega hasta el horizonte, donde los proyectos de futuro se diluyen.
La reivindicación del bienestar a corto plazo, de lo inmediato, sin tener que pasar por los dilatados trámites de la experiencia, llenos de imprevistos y de inconvenientes, la renuncia tanto al sacrificio como a la espera, la vida orientada a un estado de diversión continua; son síntomas de inmadurez y de pensamiento pueril. Una situación tan amable y cautivadora en la que lo más importante es el yo complacido e inmediato, una situación que nos asimila y aliena sin ningún tipo de presión ni obligación: la única exigencia es dejarse llevar.
Por otra parte, esta manera de pensar del «yo quiero uno de esos» deshace la consistencia de lo real, tanto en su idea abstracta, hablando de la durabilidad de los pensamientos, como en la forma física de las cosas, ya que las cosas de un solo uso exigen trivialidad y liviandad para cumplir su misión, que es la de usar y tirar.
Esta cultura del exceso, esta obsesión por hacerlo todo, tenerlo todo, verlo todo, es un producto que rebasa las fronteras, exportándose desde el mundo «desarrollado» al resto del planeta, propiciando un caprichoso popurrí planetario y una desnaturalización de las diferencias, que tiene su propio lenguaje (global), capaz de mutar según el usuario y haciendo participe del espectáculo a todo el globo.
En esta situación se hace difícil diferenciar los límites entre realidad y ficción. Este proceso de reificación de la experiencia construye una realidad mejorada, en la que su principal producto, dirigido a un espectador global, es la felicidad.
Manuel Antonio Domínguez (Huelva, 1976) Derivas del HSC.
¿Quién es el Hombre Sin Cabeza y por qué ese nombre? Es una especie de alter ego de Manuel Antonio Domínguez, una utopía particular en la que edificar lo que es para mi la masculinidad y como tendría que ser. Es el título de mi primer proyecto, desde aquí comencé a desarrollar las alusiones de diferentes tipos de construcciones masculinas. El hombre sin cabeza siempre me ha resultado ser la imagen de una persona que rechaza la realidad, la conciencia, el autocontrol de lo emocional.
Ignacio Llamas (Toledo, 1980).
«No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, más tenebroso, más deslumbrante que una ventana iluminada por una vela. Lo que se puede ver al sol es siempre menos interesante que lo que pasa tras el cristal. En ese agujero negro o luminoso vive la vida, sueña la vida, sufre la vida» Charles Baudelaire, «Les Fenêtres», Petits poèmes en prose, 1864.