Dentro del programa Mapa, comisariado por Guillermo Espinosa, y con el título “Powerline”, Ignacio Bautista presenta una nueva serie de esculturas que pueden entenderse como un conjunto de comentarios distanciados sobre los elementos propios del gesto y la marca del artista. Pero lo que realmente se entrevé en estas obras e instalaciones es la puesta en duda de la vieja idea romántica de la libertad creadora, aludiendo a cómo en la actualidad son muchos los factores que condicionan y dirigen esta supuesta independencia de acción y de producción.
Este trabajo nos adentra en un mundo lleno de referencias a los elementos más básicos del lenguaje pictórico y al predominio de las estrategias productivas y procesuales del género en el más amplio sentido del término. En los gestos detenidos, llenos de duda y sarcasmo, conviven el aire frío e inexpresivo de apariencia industrial, como de producto recién repuesto en un gran almacén, con el bricolaje de andar por casa, la ñapa o la brocha gorda, generándose situaciones y paradojas donde los objetos o los ensamblajes, sin apenas forzarlos ni recurrir a retóricas grandilocuentes, crean una óptica conceptual plagada de alusiones, diálogos y guiños al espectador, que es invitado a descifrar el comentario que se esconde tras su inmutable apariencia, no exento todo ello de notables dosis de humor, ironía y lirismo en buena parte de las ocasiones.