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Susanne S. D. Themlitz (Lisboa, 1968), es pintora, y escultora, además dibuja, fotografía, realiza vídeos… Una constante en su obra tiene que ver con la construcción de las imágenes, con los procesos mentales que determinan su particular imaginario.

En sus trabajos pueden existir aspectos oníricos, aunque matiza: “¿Dónde comienzan las alucinaciones o el delirio visual en las artes plásticas?” Es una pregunta que va dirigida tanto al artista como al espectador. “Porque unir A y C puede parecer absurdo si falta B, pero B sigue ahí. De hecho, a veces tomamos atajos o unimos lenguajes porque en el fondo todos somos traductores o, lo que es lo mismo, cada uno es un enorme sistema digestivo”.

Y sí, estos “Poemas”, la nueva exposición de Susanne Themlitz, que podemos disfrutar en la galería Ángeles Baños, son una invitación de la artista lusoalemana para que los hagamos nuestros, que los “traduzcamos”, pero sobre todo que sepamos “digerirlos”… lentamente.

Conviene subrayar que para Susanne Themlitz texto, objeto e imagen poseen el mismo valor, estableciendo a partir de ellos diferentes narrativas, o lo que ella misma denomina “paisajes mentales”. En el magma imagético de sus cuadros se despliega su mirada microscópica, enfocada a cada partícula, a posibles yuxtaposiciones, asociaciones que se entrecruzan, cambios de escalas, observaciones y citas, guiños (muchos guiños)… En “Poemas” prevalece la incorporación de frases, consciente de los espacios “intermedios” que se crean en las traducciones, algo que sabe muy bien Susanne gracias a su multiculturalidad. Una vez más la idea de considerar la obra de arte como un espacio abierto a la interpretación, a la re/creación desde la mirada del espectador, que al fin y al cabo es quien la completa.

No sabemos muy bien qué es lo ¿primordial? en sus paisajes mentales, aparentemente existe todo al mismo tiempo. Hay llenos, sí, pero se valoran además los vacíos, lo que está fuera del campo de visión, justo a continuación, para que construyamos nuestro propio relato…Asistimos, por otro lado, a diferentes niveles de interpretación, o mejor, nos movemos entre “planos suspendidos”. Por eso debemos leer entre líneas. Siempre ese estar al mismo tiempo, deshojando capa sobre capa, como en sus libros de artista, en los que palabra e imagen se entrelazan.

Susanne –insistimos- se despliega en los “intermedios”, y estos “Poemas” -textos, títulos e imagen, o esculturas- están cargados de resonancias, quizás personales, abriéndose a la búsqueda de mundos paralelos: los propios, los nuestros.

Con el apoyo